domingo, 16 de septiembre de 2012

Elementos a considerar al momento de utilizar un video educativo



Al momento de utilizar un video con fines pedagógicos, es importante que el profesor o la profesora tenga en cuenta que su planificación debe considerar el desarrollo de acciones previas, implementación y evaluación de la actividad.
Acciones previas

Recursos y materiales necesarios

Considerar las condiciones físicas, técnicas y ambientales al momento de utilizar el video (sala con sillas, línea eléctrica, buena acústica, equipos de video, pantalla apropiada, etc.).

Participantes
Considerar las características del grupo con que se trabaja, las percepciones por el audiovisual varían según la persona de acuerdo a los universos de ideas y emociones.

Definiciones del objetivo y contenidos de la actividad
Es importante discriminar entre los contenidos del programa audiovisual y la actividad en general. Los contenidos de la actividad son más amplios, el material audiovisual es solo un medio de aprendizaje.

Selección del programa o segmento de programa que mejor se ajusta a los objetivos. Revisar en forma íntegra el programa a utilizar, para de esa forma determinar si se observa por completo o sólo algunos de sus segmentos.

Determinar qué otros subsectores de aprendizaje pueden ser abordados con el programa escogido. Una vez seleccionado el programa o segmento a utilizar en la sala de clases, analice qué otras materias podrían enriquecerse con el mismo.

Planificar la clase
Cómo y cuándo proyectar el video elegido. Se sugiere desarrollar actividades que permitan a los estudiantes estar atentos, antes, durante y después de ver el segmento del video. Recordar que el video no es para sustituir la clase sino también para enriquecerla.

Una mala planificación lleva invariablemente a resultados poco satisfactorios. Una mala experiencia en este ámbito hace muy difícil que un profesor vuelva a interesarse en utilizar medios audiovisuales, ya que tiende a proyectar esa mala experiencia a posibles instancias futuras.

Errores más comunes
No planificar adecuadamente la actividad
El error más recurrente es no efectuar una planificación cuando se incorpora un medio audiovisual en la sala de clases. La llegada de un nuevo elemento pedagógico implica necesariamente alguna modificación, tanto en la actitud del profesor o profesora como en la forma de relacionarse con el nuevo elemento.

Ojo: en la mayoría de los casos, el docente le da todo el peso específico al medio, olvidándose de su rol como interlocutor entre el medio, los objetivos, el proceso y los resultados.  

El hecho que un material de video venga precedido de la palabra “educativo” no implica necesariamente que este pueda responder a todas necesidades y requerimientos pedagógicos de una asignatura. En primer lugar, es preciso analizar y ponderar las reales demandas que se tiene de la unidad. Luego hay que relacionarlas, cotejarlas y proyectarlas con los contenidos y objetivos que tiene el video en sí mismo. En esta parte se hace imprescindible revisar concienzudamente el material, si no se encuentran relaciones precisas con nuestros objetivos, es preferible no utilizar ese video. Recuerde que quien manda y estructura su clase es usted y no el video.

Dejarse llevar por el título y su posible contenido. Realizar las relaciones necesarias entre los objetivos de su asignatura y el programa, adecuando las necesidades propias de una televisión abierta y de eminente corte comercial al trabajo en el aula. Esta disposición implica ritmos y cortes acordes a las tandas comerciales, como así mismo mantener a un público con tendencia fácil al zapping. En el caso de la sala de clases la realidad es muy distinta, existe un público específico del cual se conocen sus preferencias y dificultades. Por lo tanto, la estructura y el tiempo (60 minutos v/s 45 minutos de clases) no siempre son acordes a las realidades de la sala de clases.

Otro elemento olvidado por el profesor o profesora es el umbral efectivo de atención que puede tener un estudiante frente a una actividad de corte pasivo (un periodo de 6 a 9 minutos es considerado, según algunos estudios como un buen tiempo de asimilación y concentración de un mensaje, siempre y cuando no existan distractores tanto físicos como emocionales de por medio). Los 30 o 60 minutos de un programa superan con creces los periodos máximos para una atención efectiva; pasado ese periodo, el alumno o alumna pierde concentración y no asimila en mejor condición el contenido.

Rol del profesor/profesora durante la exhibición. 
El profesor o la profesora debe tomar un rol activo durante la exhibición del segmento seleccionado y estar atento a las condiciones que rodean la presentación. Puede intervenir adelantando, retrocediendo o pauseando la cinta según las necesidades pedagógicas del momento. Nunca debe automarginarse y aunque en ese momento no intervenga, debe mantener una actitud frente a la emisión. Recuerde que el video es un medio y no un fin.

Modos de exhibición de un video educativo.
Existen diferentes formas de insertar el video durante una clase, he aquí algunas sugerencias: -Al comienzo de la actividad, para luego trabajar en grupo o en forma colectiva (nos referimos al material que tiene una inminente condición de introducción o de motivación para enfrentar el tema con los alumnos) -Por partes, e intercalar discusiones o trabajos parciales. -Como apoyo específico a un tema o unidad determinada (utilización de segmentos de videos).-Al finalizar una unidad para recapitular y utilizar el programa como base para plantear una discusión en la que se trabajen los contenidos principales.

Evaluación de la actividad
Es importante considerar dentro del trabajo de inserción del video en proceso educativo, una instancia de evaluación que permita un replanteamiento del trabajo futuro. Esta evaluación debe considerar dos dimensiones:
o    La actividad como organización pedagógica.
o    Los aprendizajes de los alumnos (dentro del proceso formativo en relación a las metas propuestas desde el objetivo general hasta la actividad misma).

Pueden surgir logros no esperados que el profesor o la profesora debe incluir en la evaluación. Los resultados obtenidos pueden incorporarse a la unidad trabajada y serán una importante fuente de informaciones, tanto para el propio profesor o profesora como a otros, incluidos los mismos alumnos y alumnas. Una socialización de prácticas educativas permite una importante retroalimentación, en donde el intercambio bueno o malo de aquellas experiencias nutre y ayuda a mejorar las prácticas docentes. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario